QUITO.- El jefe de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, renunció hoy a su cargo y aseguró que de a poco vuelve la calma a la fuerza y al país, tras la rebelión de un grupo de uniformados, durante la cual el presidente Rafael Correa fue agredido y secuestrado por 12 horas.
"Las cosas han tomado una relativa calma", dijo Martínez a la prensa, al confirmar que dimitió al cargo después de que sus subalternos lo desobedecieron cuando intentó conjurar la sublevación en protesta por una ley que consideran que les quitará beneficios económicos.
Martínez manifestó que Correa está "sano y salvo" en la casa de gobierno, luego de ser rescatado en un operativo militar, que dejó según la Cruz Roja dejó dos muertos y 37 heridos durante un fuerte tiroteo con los insubordinados.
"Es el momento oportuno para presentar mi renuncia", señaló Martínez, que sería reemplazado por el jefe de Estado Mayor, general Florencio Ruiz, según la agencia pública Andes.
Añadió que "un comandante irrespetado, maltratado y agredido por sus subalternos no puede quedarse al frente de ellos" y sostuvo que el jueves "fue un día lamentable, crítico, caótico, pues estaba de por medio la seguridad del presidente".
Martínez estimó que en la protesta hubo "infiltración de gente interesada en desestabilizar a la Policía", que cuenta con unos 40.000 miembros, y planteó al gobierno que revise la ley "que causó esta serie de desatinos".
Durante su secuestro, Correa denunció que enfrentó un intento de golpe de Estado de la oposición y sectores de las Fuerzas Armadas y la Policía afines al ex mandatario Lucio Gutiérrez, derrocado en abril de 2005. (AFP-NA)